MÁSTER-HIDRÓGENO

ESAN EZ: el concepto “yo controlo” cuando hablamos de alcohol y drogas no existe

Un año más nuestro centro participa en el proyecto ESAN EZ organizado por Bidesari y la Pastoral Penitenciaria de la Diócesis de Bilbao. Es un proyecto de prevención de consumo en jóvenes, en el que se pretende a través del testimonio directo de personas privadas de libertad concienciar a los adolescentes del peligro del consumo de drogas y de conductas delictivas.

En diferentes sesiones se reflexiona sobre los factores de riesgo que llevan a cada persona a iniciarse en el consumo y las posibles consecuencias del mismo.

Este lunes 18 hemos contado en el centro con el testimonio de «T» y «K», que acompañados por Jorge Muriel, responsable de Bidesari y de Xabi y Jone, voluntarios de Pastoral Penitenciaria, han compartido con nuestro alumnado de FP Básica su testimonio de vida sobre cómo fue su acercamiento al mundo de las drogas y cómo acabo con el ingreso de ambos en la cárcel.

Como Jorge nos comentaba, “nadie está libre de caer en lo que ellos han caído, las circunstancias pueden hacernos coger en la vida caminos que nunca habríamos imaginado”, y el ejemplo nos lo da “T” que empezó en el mundo de las drogas con más de cuarenta años, con mujer e hijos y que por el fallecimiento de un familiar muy cercano cayó en una depresión de la que creyó que solo el alcohol y las drogas le ayudarían a salir. Poco a poco el consumo le hizo perder su trabajo, a su familia, comenzar con pequeños pero repetidos hurtos para conseguir dinero hasta que todo le llevó a prisión. Allí se dio cuenta de que había tocado fondo y a través del psicólogo de la cárcel, entró en contacto con Bidesari y son ellos los que le están enseñando a ver ahora la vida de otra manera.

Las circunstancias de “K” son otras, él es un joven migrante que cuando llegó a nuestro país y se vio solo empezó a consumir tabaco (en su país nunca había consumido nada), después porros, alcohol y otras sustancias. “K” nos habló en la charla de los “amigos positivos” y los “amigos negativos” que son esos que te ofrecen droga, los que no son verdaderos amigos. “Es muy difícil salir de algo que el cuerpo te está pidiendo constantemente y que cada vez te lo pide más, no existe el -yo controlo-, no hay límites, crees que puedes consumir y parar, pero no es cierto”, nos dice “K” con tristeza mientras comenta que lleva cinco años sin saber nada de su familia. “Entrar en la cárcel no es tan difícil, solo tiene que juntarse una circunstancia personal con uno de esos -amigos negativos- y el daño ya está hecho”.

 

Han sido dos testimonios con un valor incalculable que esperamos hayan calado hondo en nuestros jóvenes para que sean un poco más conscientes de adonde les puede llevar el consumo de sustancias, aunque ellos y ellas crean que lo tienen bajo control.

 

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