A lo largo del curso, los estudiantes del aula de diversificación curricular de ESO participan en un proyecto único y enriquecedor que combina el aprendizaje práctico con el desarrollo de habilidades fundamentales. Este proyecto, centrado en el huerto escolar, se destaca como una iniciativa STEAM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas) que fomenta el aprendizaje significativo y el crecimiento personal.
El proyecto comienza con la preparación del terreno, una actividad que no solo implica trabajo físico, sino también la aplicación de conocimientos científicos y técnicos. Los estudiantes analizan el suelo, planifican el diseño del huerto y utilizan herramientas para preparar la tierra, aprendiendo sobre la importancia de un buen sustrato y las condiciones óptimas para el cultivo.
Una vez preparado el terreno, los alumnos plantan productos de temporada, seleccionados cuidadosamente para garantizar una cosecha exitosa. Esta fase del proyecto permite a los estudiantes comprender el ciclo de vida de las plantas, la importancia de la biodiversidad y las técnicas de cultivo sostenible. Durante el proceso de plantación, los estudiantes también exploran conceptos de biología y ecología, aplicando sus conocimientos de manera práctica.
El cuidado del huerto es una tarea continua que enseña a los alumnos la importancia de la constancia y la responsabilidad. Regar, desherbar y proteger las plantas de plagas son actividades que requieren atención y dedicación. A través de estas tareas, los estudiantes desarrollan habilidades de resolución de problemas y aprenden a trabajar en equipo.
Finalmente, la recogida de la cosecha es un momento de celebración y reflexión. Los estudiantes ven los frutos de su trabajo y comprenden el impacto de sus esfuerzos. Además, esta etapa les permite aprender sobre nutrición y el valor de los alimentos frescos y saludables.
El huerto escolar se convierte así en un aula al aire libre donde los alumnos de diversificación curricular pueden experimentar un aprendizaje interdisciplinario que integra la teoría con la práctica. Este enfoque STEAM no solo mejora sus competencias académicas, sino que también refuerza su autoestima y sentido de pertenencia.
En resumen, el proyecto del huerto escolar es un ejemplo de cómo la educación puede ir más allá del aula tradicional para ofrecer experiencias de aprendizaje significativas y transformadoras. A través de este proyecto, los estudiantes no solo adquieren conocimientos valiosos, sino que también desarrollan habilidades esenciales para su vida personal y profesional.