El Centro de Formación Somorrostro ha firmado un importante Convenio Marco de Colaboración con la multinacional Ingeteam, referente global en conversión de energía, con más de 3.500 profesionales en 15 países. Esta alianza nace con el objetivo de estrechar lazos entre el mundo educativo y la industria tecnológica, en especial en el ámbito de la Formación Profesional.
El acuerdo contempla iniciativas punteras en Inteligencia Artificial Generativa, diseño de acciones formativas específicas, y el desarrollo conjunto de proyectos reales, como el diseño y creación de un patinete eléctrico inteligente por parte del alumnado del Ciclo de Grado Superior en Mantenimiento Electrónico, en colaboración con Mondragon Unibertsitatea.
Para conocer mejor la visión desde la empresa, hablamos con Danel Madariaga, ingeniero del área de Digital Transformation en el Ingeteam Research Institute, quien nos explica con claridad y entusiasmo el valor de este tipo de iniciativas.
🎙️ Entrevista a Danel Madariaga, Digital Transformation, Ingeteam Research Institute
- En un vehículo como el patinete eléctrico que queremos desarrollar, ¿qué papel juega la electrónica y qué tipo de componentes básicos suelen intervenir para que funcione correctamente?
La electrónica es esencial en un patinete eléctrico, ya que actúa como el “cerebro” que coordina todos los sistemas y asegura que funcionen de forma eficiente y segura. Por ejemplo, disponemos de una batería que almacena la energía, un controlador electrónico que gestiona el flujo de esta energía hacia el motor, y el propio motor eléctrico que convierte dicha energía en movimiento. Además, intervienen componentes como sensores para detectar la velocidad o la posición del acelerador y frenos, así como pequeños microcontroladores, que permiten regular el funcionamiento y proteger el sistema frente a posibles fallos. En definitiva, conceptos como la gestión de la potencia, la seguridad o el control inteligente del vehículo son imposibles sin una sólida base electrónica.
- ¿Por qué crees que retos como este, que conectan formación profesional, universidad y empresa, son útiles para preparar a los futuros técnicos?
Este tipo de retos permiten a los alumnos enfrentarse a situaciones reales, trabajando de manera colaborativa y poniendo en práctica los conocimientos adquiridos. Desde nuestra experiencia, la metodología basada en retos como el modelo ETHAZI es muy alineada con lo que demanda actualmente la industria: profesionales capaces de resolver problemas, comunicarse en equipos multidisciplinares y adaptarse con rapidez. Además, la colaboración con empresas facilita el acceso a tecnología actual y a casos reales, haciendo que la formación sea mucho más significativa y aplicable. Así el salto al mundo laboral es mucho más natural y menos brusco para el alumno.
- Desde INGETEAM, ¿cómo veis el futuro del empleo para quienes se formen en áreas como el mantenimiento electrónico o la electrónica de potencia?
La perspectiva de futuro es muy positiva. Sectores como la movilidad eléctrica, las energías renovables, la automatización industrial o incluso la robótica siguen creciendo y demandan cada vez más técnicos formados en electrónica de potencia y mantenimiento. La transición energética, por ejemplo, no sería posible sin expertos capaces de diseñar, mantener y optimizar estos sistemas. Creemos que es una de las ramas con más proyección en Europa y especialmente aquí, donde la industria es puntera, por lo que los alumnos de hoy van a encontrar muchas oportunidades, tanto a nivel técnico como de especialización.
- ¿Qué perfiles técnicos o competencias están demandando ahora mismo las empresas del sector?
Más allá de los conocimientos teóricos, las empresas buscan perfiles versátiles, orientados a la solución de problemas, que sepan interpretar documentación técnica, utilizar herramientas de simulación y, muy importante, trabajar en equipo. La capacidad de adaptarse a nuevos retos, el manejo seguro de instrumentación y la proactividad son fundamentales. Adicionalmente, competencias como la empatía y la capacidad de comunicación cada vez adquieren mayor relevancia para relacionarse adecuadamente con las personas con las que interactuamos en el día a día. Por tanto, un perfil técnico con capacidad de aprendizaje continuo, y que combine competencias tecnológicas con inteligencia emocional creo que representaría muy bien lo que ahora mismo demandamos en las empresas del sector.
- ¿Crees que proyectos como este patinete eléctrico pueden despertar vocaciones tecnológicas entre los jóvenes?
Sin duda. Vivir el proceso completo, desde el diseño a la puesta en marcha de un vehículo eléctrico, es una experiencia muy motivadora, y permite a los alumnos visualizar de forma práctica lo que pueden lograr con sus conocimientos. Manipular los componentes y ver cómo funciona el resultado final ayuda a consolidar el aprendizaje y a descubrir intereses y vocaciones. Además, este tipo de proyectos evidencian el impacto real que tiene la tecnología en la sociedad y pueden ser el primer paso para que muchos jóvenes se decidan a apostar por estudios científicos o tecnológicos.
- ¿Qué consejo le darías a una persona joven que ahora mismo está dudando entre diferentes ciclos o carreras, pero siente curiosidad por la tecnología y la electrónica?
Mi consejo es que se atreva a dar el paso y que valore lo que la electrónica puede ofrecerle: es un campo en constante evolución, con aplicaciones prácticas muy diversas y con mucha demanda profesional. Además, fomenta el pensamiento crítico, la creatividad y la posibilidad de contribuir al desarrollo tecnológico y sostenible del entorno. Si te gusta comprender cómo funcionan las cosas y tienes curiosidad por los dispositivos que usamos cada día, la electrónica te permitirá formar parte activa de la innovación, y abrirte un camino profesional muy amplio y dinámico.
Este acuerdo con Ingeteam marca un nuevo hito en el compromiso de Somorrostro con la innovación educativa, la empleabilidad del alumnado y el desarrollo del talento técnico en Euskadi.
Desde el diseño de un vehículo eléctrico hasta la resolución de problemas reales de la industria, esta colaboración sitúa al alumnado de Formación Profesional en el centro de los retos del presente y del futuro.