MÁSTER-HIDRÓGENO

Historias que conmueven, aprendizajes que permanecen: Somorrostro vuelve a vivir “ESAN EZ”

Un año más, el Centro Formación Somorrostro ha participado en ESAN EZ, el proyecto de prevención de adicciones y conductas de riesgo impulsado por la asociación Bidesari, que trabaja desde hace más de 30 años acompañando a personas privadas de libertad y apoyando su reinserción. Una iniciativa que, edición tras edición, deja una profunda huella en nuestro alumnado de FP Básica.

La actividad se ha desarrollado a lo largo de cuatro sesiones formativas, en las que nuestros estudiantes han podido reflexionar sobre las razones que pueden llevar al consumo y sobre las consecuencias que este puede tener: psicológicas, físicas, sociales y también penales. Tal y como comentaban algunos de ellos, “a veces no te das cuenta de que ya no eres tú quien controla, sino la droga la que te controla a ti”.

Testimonios que no dejan indiferente

Como cada año, la sesión más impactante fue la dedicada a los testimonios directos. En esta ocasión, tres personas privadas de libertad integradas en los programas de Bidesari compartieron de manera valiente sus experiencias vitales: cómo comenzaron consumiendo sustancias legales, cómo normalizaron la frase “yo controlo”, y cómo, poco a poco, fueron entrando en dinámicas que les llevaron a perder el control hasta acabar en prisión.

Uno de ellos explicaba: “Nunca piensas que te puede pasar a ti… hasta que te pasa. Y cuando quieres parar, ya no puedes solo”.
Otro añadía: “Pedir ayuda es un acto de valentía. Yo tardé demasiado, pero gracias a Bidesari ahora estoy viendo la luz al final del túnel”.

El alumnado escuchó con atención y no dudó en intervenir. Varias de sus preguntas giraron en torno a la dificultad de romper con un entorno donde “lo normal es consumir”, o sobre cómo identificar que realmente se necesita apoyo. Tal como resumían después: “Escuchar estas historias de verdad, sin filtros, te hace pensar y ver lo que hay detrás”.

Los testimonios también mostraron lo duro del camino de retorno: daños personales, pérdida de vínculos familiares, trabajos o incluso la relación con los propios hijos. “Tuvimos que tocar fondo para darnos cuenta de que habíamos perdido todo”, compartieron.

Una actividad que deja huella

El mensaje final fue claro: no tener miedo a pedir ayuda. “A tus padres, a tus profesores, a quien sea… hoy hay muchos recursos para salir de ese mundo”, insistieron las tres personas participantes.

Nuestro alumnado valoró enormemente la experiencia: “Que te cuenten esto en primera persona tiene un valor incalculable. Te hace ver lo que puede pasar y te anima a pensar antes de meterte en algo que te pueda arruinar la vida”.

Un año más, ESAN EZ se confirma como una actividad de sensibilización esencial, que conecta emocionalmente, que interpela y que ayuda a nuestros estudiantes a tomar conciencia sobre los riesgos reales de las adicciones. Una propuesta educativa que, sin duda, deja huella.

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