El 17 de noviembre se celebra la III Jornada Mundial de los Pobres que incluye dentro sus actos, lo que durante muchos años hemos celebrado como el Gesto Diocesano de Solidaridad. El lema elegido por el Papa Francisco para este año es: “La esperanza de los pobres nunca se frustrará (Sal 9, 19)”.
A lo largo del día de hoy viernes, se ha celebrado la jornada de los centros escolares, en la que han participado más de 100 estudiantes de primero de ESO de Somorrostro. A través de diferentes talleres se ha tratado de posibilitar al alumnado de los centros educativos, un espacio de encuentro, de sensibilización y de concienciación sobre situaciones de pobreza y de injusticia, tratando de que el alumnado descubra por sí mismo algunas situaciones concretas de vulnerabilidad y reflexionar para ser testigos de la esperanza cristiana en el contexto de una cultura consumista y de descarte, orientada a acrecentar el bienestar superficial y efímero.
El sábado 16, se realizará una jornada de encuentro en Basauri que comenzará con unos talleres y finalizará con una comida compartida con personas que participen en representación de nuestras comunidades y entidades sociales. Y el domingo 17, será el día reservado a los espacios más cercanos, las parroquias y Unidades Pastorales celebrando actividades que sean signos de encuentro y esperanza.
En su mensaje, el Papa nos habla de viejas y nuevas esclavitudes y nos interpela con estas palabras: “La Iglesia, estando cercana a los pobres, se reconoce como un pueblo extendido entre tantas naciones cuya vocación es la de no permitir que nadie se sienta extraño o excluido, porque implica a todos en un camino común de salvación. La condición de los pobres obliga a no distanciarse de ninguna manera del Cuerpo del Señor que sufre en ellos. Más bien, estamos llamados a tocar su carne para comprometernos en primera persona en un servicio que constituye auténtica evangelización”.
En este contexto, en nuestra Diócesis quiere ser un rayo de esperanza para las personas que más sufren convocando a celebrar el Gesto Diocesano de Solidaridad para ser signo de encuentro, de compartir, de esperanza. “Itxaropen printzak – Rayos de luz”.
